Hace diez años escribimos sobre la gran oportunidad para los pequeños fabricantes, startups o autónomos, de aprovechar la funcionalidad de una herramienta como Google Adwords. La experiencia de Google, ponía al alcance de todos una herramienta como Google Adwords Vídeo. Hasta ese momento sólo disponible para grandes anunciantes. Muy similar a la publicidad asociada a los términos de búsqueda por palabras clave, pero aplicado al vídeo. Sólo se paga cuando alguien decide ver tu vídeo, no cuando se publica una impresión del mismo. A pesar de sus ventajas, la complejidad de la gestión ha supuesto un freno importante para el desarrollo de esta oportunidad. No siempre bien entendida por aquellos más necesitados. En este momento parece que YouTube deja de ser el centro de atención de muchos usuarios habituales para dirigirse hacia Instagram. Donde pueden encontrar elementos mucho más conversacionales, tanto de entretenimiento como de aprendizaje.
Un rígido funcionamiento no favorece la herramienta
A pesar de todo, sigue siendo una herramienta a tener en cuenta si deseas dar salida a tus iniciativas. Si nos adentramos en https://www.adwords.google.com/video y definimos un usuario, podemos comenzar a crear una campaña de difusión de un vídeo de nuestro interés. Aplicamos un presupuesto diario y las ubicaciones donde queremos que aparezca. Seleccionamos el vídeo a promocionar indicando la URL o la dirección de YouTube. Creamos un anuncio, indicando el título, la descripción y el formato de anuncio, en TrueView búsqueda, TrueView panel de selección, TrueView display o TrueView InStream. En la configuración avanzada podemos programar el inicio, la finalización y los anuncios. La publicación de anuncios en rotación y limitación de frecuencia. Seguimos con la orientación para los anuncios, indicando el precio máximo de visualización del vídeo junto a sus palabras clave. El seguimiento y control, una vez publicado el anuncio, nos permitirá realizar las modificaciones pertinentes para una correcta definición de nuestra campaña.
Las ventajas se encuentra en la facilidad de configuración de la campaña, la segmentación del público objetivo, la mayor difusión del vídeo, el pago por visualización, la superposición de frase interactiva para presentar la oferta a los usuarios, y un seguimiento con información detallada de quién lo ve, tiempo de visualización, y otras acciones para mejorar el rendimiento. Se paga cuando el usuario ha visualizado un mínimo de 30 segundos del anuncio o lo ve completo si es inferior.
No es una herramienta perfecta, su desventaja es la similitud a la publicidad tradicional intrusiva.