En los años noventa el coste de tener una cámara de vídeo no era elevado, pero gestionar la información captada resultaba laborioso y complicado. Sin embargo, las dificultades no amedrentaron a nuestro profesor en el uso del vídeo para la realización de autoscopias con las que prepararnos a nosotros mismos y a otras personas. Estas autoscopias consistían en la grabación de las exposiciones individuales que realizábamos de temas preparados para impartir a otros estudiantes del curso. Grabaciones repasadas y comentadas entre todos, que nos ayudaban en la mejora de nuestras habilidades. Y nos permitían observarnos a nosotros mismos como bailarinas de ballet.
El profesor Óscar González en su post Los profesores necesitamos retroalimentación para mejorar, utiliza un vídeo emitido por TED en el que Bill Gates de Microsoft habla de la necesidad de motivación y retroalimentación para mejorar en la enseñanza.
Otro caso lo encontramos en los equipos de fútbol de primer nivel. Cómo cada vez la utilidad del vídeo tiene mayor importancia en la creación de estrategias de equipo y la observación tanto del contrario como de los propios jugadores. La contratación de Josep Guardiola en su marcha al Bayern de Munich, ha supuesto la contratación del equipo de personas encargadas de la edición en vídeo que estaban en el FC Barcelona.
En estos casos el servicio prestado por el vídeo nos lleva un poco más allá, permitiendo a cada individuo mejorar sus habilidades personales. Pero debemos recordar hacerlo en compañía de otras personas que nos permitan ver aquello que no somos capaces de observar. De lo contrario puede no suponer ventaja alguna.
De nuevo el vídeo se presenta actuando como un arma mucho más afilada que la mejor espada.