En nuestro último trabajo audiovisual, un gerente nos solicitó un vídeo como regalo para el director general de la empresa. Presentamos varias ideas y se decantaron por la más laboriosa de organizar. El Lip Dub. Originalmente es un plano secuencia de una sola toma donde los participantes cantan una canción simulándola con los labios. Donde más tarde, en el proceso de edición, colocamos la canción deseada de fondo.
Dinamizador de la cultura empresarial
Los actores improvisados realizaron una experiencia de baile donde el colectivo transmitía el buen ambiente reinante en la organización. Para nosotros resultaba básico transmitir espontaneidad, autenticidad, y la participación de todos para mostrar la diversión del momento.
El resultado final fue gratamente satisfactorio para quien había tomado la iniciativa de un vídeo regalo.
Nuestra sorpresa vino de los comentarios posteriores del homenajeado. Habíamos creado un audiovisual con imágenes de las personas de los diferentes departamentos bailando y disfrutando del momento. Sin embargo, el director general agradeció el regalo y la sorpresa. Y nos comentó detalles de los grupos participantes referente a sus caras, movimientos, actitudes, predisposición, etc. Obteniendo impresiones muy interesantes para su propia gestión de las personas.
Uno de sus comentarios más sorprendentes fue sobre los trabajadores de la tecnología, afirmando que no estaban realmente interesados en ser empleados. Lo que en apariencia deseaban era ampliar la cantidad y variedad de sus experiencias. Trabajando en una ciudad para pasar a otra, hasta profundizar y desarrollar su habilidad personal para destacar en su actividad. Tratando de hacer lo que realmente les gusta.
Conclusiones de la experiencia
Mi reflexión respecto a este trabajo ha sido muy positiva, me ha abierto la posibilidad de trabajar en propuestas de vídeos para empresas con interés en desarrollar una nueva cultura empresarial o bien en dinamizar la suya.
También quiero resaltar la importancia de incorporar en las empresas a personas capaces de asumir datos complicados y voluminosos, problemas de ingeniería o marketing, para traducir todo ello a un lenguaje sencillo.
Capaces de tomar ideas complejas para hacerlas legibles para los demás.